Día 4: Ermita “La Regalina”, Cudillero y Avilés

Kilómetros aproximados: 130.

Alrededor de las 9 cargamos maletero, nos despedimos de esta fabulosa casita y nos pusimos en marcha; el día había amanecido nublado de nuevo, pero de momento no parecía que iba a llover.

El primer destino lo teníamos a algo menos de una hora y era la ERMITA “LA REGALINA” que pertenece a Cadavedo, la ermita está situada en un entorno muy bonito y además muy tranquilo.













A una media hora teníamos CABO VIDIO, donde hicimos una parada para disfrutar de sus vistas.





Luego muy cerca, a unos 15 minutos, CUDILLERO, ya lo conocíamos del anterior viaje, pero como el día estaba despejado, decidimos hacer una visita rápida y tomar un cortado allí.






Y después en media hora llegamos al destino final del día, AVILÉS, fuimos directos al parking, hicimos el check-in en el NH Collection Palacio de Avilés, y nos instalamos; aunque sólo bajamos la maleta pequeña, que previamente ya habíamos organizado con lo necesario. El hotel está inmejorablemente situado, en pleno centro en la Plaza de España, enfrente del Ayuntamiento.


Salimos a pasear, aprovechando el bonito día soleado que teníamos a esas horas, que además si ibas por el sol era bastante caluroso. Vimos lo principal de la ciudad, su centro es muy pequeño y se puede visitar en poco tiempo; la Calle Galiana con sus soportales nos gustó mucho.


Calle Galiana

Calle Galiana

Calle Galiana






Plaza España

Iglesia nueva de Sabugo

Iglesia vieja de Sabugo

Nos tomamos algo en El Tostón de Jon, en la bonita PLAZA DE CARBAYO, presidida por la bonita Iglesia vieja de Sabugo. Nos tomamos un de cervezas y descubrimos una palabra nueva, “bokarte” (boquerón).


Luego ya fuimos a comer, pero como nos dijeron que teníamos que esperar  unos 20 minutos, mientras dimos otra vueltecilla viendo algún sitio más.



Regresamos a Tierra Astur, pedimos un chorizo criollo y unos “tortos” que se elaboran con harina de maíz, unas sidritas bien fresquitas, y lo finiquitamos con unos chupitos de orujo de hierbas; todo muy rico, y el local muy agradable y además muy bien de precio, nos salió todo por 37 €.

¡Qué ganas de tomar una sidra!







Al salir, aunque lucía el sol, estaba lloviendo, pero nosotros sólo teníamos que cruzar la calle para llegar al hotel, donde nos echamos una buena siesta, que es lo que nos pedía el cuerpo.

Tras el descanso, por la tarde dimos otro paseo, esta vez fuimos al CENTRO NIEMEYER, una zona nueva donde la gente va a pasear.


Y luego de regreso tomamos algo de la concurrida Plaza de España, y después fuimos a cenar a la PLAZA DE CARBAYO, nos había gustado la zona y hacía buena noche, eso sí no había mucha hambre tras la comida, y sólo pedimos una sidra y una tabla de ibéricos.


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