Día 1: Las Medulas

 Kilómetros aproximados: 795.

Tras un buen madrugón, logramos salir a las 5 puntuales. Un par de paradas rápidas para tomar un café, otra para repostar y a las 13’20 llegamos a destino; el tráfico bastante bien, algún atasco en Madrid, pero no muy grave.

Con las horas que hacía que nos habíamos levantado, fuimos directos a comer a Bar Taperia O Camino Real, con un jardín muy agradable, pedimos una ensalada especial y lacón con pimientos, que junto con los refrescos y el pan costo 45 €; puede parecer poco pero es que los platos eran enormes, todo muy rico.




Tras la comida, hacía calorcillo, pero soportable, así que hicimos la SENDA DE LAS VALIÑAS, una ruta circular de unos 4 km, que no está mal; aunque hay que decir que tenía alguna cuestecilla más de lo que me esperaba, supongo que sin haber comido tan recientemente, me hubieran parecido menos.







Tras la rutilla, visitamos el AULA ARQUEÓLOGICA DE LAS MEDULAS, que se puede ver en poco tiempo, pero suficiente para informarte sobre el mayor yacimiento de una explotación romana para la extracción de oro; se calcula que durante dos siglos pudieron extraer entre 4 y 5 toneladas de oro. Horario: 10 a 14 y 15’30 a 19. Precio: 2 €.

Luego decidimos irnos hacía nuestro alojamiento, O Palleiro do Pe do Forno, hicimos el check-in y nos instalamos en un momento.

Después fuimos hacia el MIRADOR DE ORELLAN, el sol todavía estaba bastante alto, así que tras un paseíto regresamos a la casa y no esperamos el atardecer. 








Una vez allí, nos tomamos una cervezas, y al regresar a la habitación resultó que no había luz, como la cosa seguía nos dieron una linterna. Nuestra intención a priori era cenar en el restaurante que tiene la casa, pero claro con el apagón, el plan se fue al traste; Orellán es muy pequeño, y lo único que nos pudieron ofrecer, fue ir a Las Medulas a un restaurante en el que tenían mesas, pero nosotros estábamos cansados y no nos apetecía. Así que le pedimos un poco de pan y un par de cervezas (antes de que se calentaran) y con las provisiones que llevábamos nos apañamos.

El apagón fue en todo el pueblo de Orellán, yo antes de irnos a dormir salí a ver las estrechas; que cielo tan bonito había.

Los móviles estaban casi sin batería, y los dejamos cargando por si durante la noche volvía luz, como así fue.

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