Día 11: Costa Quebrada y Santillana del Mar

 Kilómetros aproximados: 80.

La noche fue desapacible, con viento y lluvia, por la mañana había mejorado algo, pero aun así seguía bastante desapacible, así que nos lo tomamos con calma; tras el desayuno hicimos el check-in, porque ayer cuando llegamos ya estaba cerrada la oficina. La chica nos estuvo explicando lugares para visitar en los alrededores y nos sugirió que con el día tan ventoso que hacía era una buena idea acercarnos a ver el mar, concretamente la zona de la Costa Quebrada.
Lo primero que hicimos al salir, fue ir a la gasolinera a repostar, serían alrededor de las 10 y al comentar el tiempo con el señor que nos atendió, nos dijo “creo que no hizo tanto frío en todo el invierno pasado”; la verdad que 10º con frío, lluvia y viento, daba una sensación de bastante bastante frío, hasta que no avanzó la mañana y el sol calentó un poco, yo pase frío.
Pusimos rumbo a la zona de SUANCES, donde llegamos en poco mas de 15 minutos, vimos la Playa de Los Locos y el Faro de Punta del Torco de Afuera.







Alguna playa más, de la que no recordamos el nombre.




Luego más adelante en LIENCRES, una zona llamada los Urros de Liencres.








De vuelta paramos en el PARQUE NATURAL DE LAS DUNAS DE LIENCRES, con bonitas vistas y el trayecto hasta el mar muy bonito.









Regresamos a comer a Santillana del Mar, menuda aventura tener que aparcar en zona azul cuando ya no te quedan monedas, y la máquina no tiene pago con tarjeta; al final Alfredo fue a comprar un imán. Comenzaba a llover y fuimos directos a comer, elegimos El Porche, pedimos unas anchoas del cantábrico y una ración Porche, que era una fritura especial de la casa, desde luego no acertamos para nada, era la típica fritanga de congelados, que junto con las cervezas, el agua y un cortado, nos costó 33 €.



Luego comenzamos la visita de SANTILLANA DEL MAR, la tarde seguía desapacible, con frío y chaparrones intermitentes, lo que hizo que apenas hubiera gente por la calle.






Tras un corto paseo llegamos a la COLEGIATA, que todavía estaba cerrada, esperamos un poco y ya se hizo hora de que abriera, como curiosidad tenía un belén bastante grande y bonito; la Colegiata de Santa Juliana del siglo XII, es uno de los monumentos románicos más representativos de la región. Horario: 10 a 13 y 16 a 18. Precio: 3 €.





Tras la visita seguimos paseando, pero como este centro histórico es tan pequeño, cuando vimos que pasamos dos veces por la misma calle, nos fuimos.



Pasamos el resto de la tarde en el pisito, entre otras cosas había que preparar la maleta; para cenar picamos algo, la verdad que se estaba muy bien en el sofá viendo llover.

El viaje llegaba a su fin, y mañana regresábamos a casa.

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