Día 10: Parque de Cabárceno

Kilómetros aproximados: 160.
Para el día de hoy cambiamos el planing inicial por la previsión del tiempo, pues hoy por lo menos hasta hora de comer haría buen tiempo, y mañana la cosa ya cambiaba a peor; así que hoy íbamos a visitar el Parque de Cabárceno.
Ello suponía madrugar un poco, así que a las 7 sonó el despertador, y tras desayunar, ultimar las maletas y cargar el coche, a las 8 y poco estábamos saliendo; a esas horas estaba nublado, pero sin lluvia y la carretera súper tranquila, una gozada conducir tranquilamente por estos paisajes. Teníamos alrededor de una hora y media hasta nuestro destino.
El PARQUE DE LA NATURALEZA DE CABÁRCENO, no es un zoológico convencional, aquí podemos ver a los animales en semi libertad, integrados en un bonito paisaje, la ruta se hace en coche y te vas bajando en los diversos parkings; en total son alrededor de 20 kilómetros, y también un par de teleféricos. Hay un espectáculo de aves que no nos queríamos perder, pues nos habían hablado muy bien. Horario parque: 9’30 a 18. Precio: 32 €.
Poco después de la apertura, entramos al parque, y al poco de estar en él, tras hacer un par de paradas, ya vimos que nos iba a gustar mucho.










El espectáculo de aves comenzaba a las 12 (había otro por la tarde, pero si el tiempo se complicaba no habría, y no queríamos perdérnoslo), y de repente nos dimos cuenta que sólo quedaban 15 minutos, así que sin entretenernos más fuimos directos; aunque lo de directos es un decir, porque en la mayor parte del parque la carretera es de un solo sentido, así que prácticamente tuvimos que dar toda la vuelta, con el estrés de que quizá llegáramos tarde. Pero conseguimos llegar a tiempo.

El espectáculo de aves rapaces es impresionante, de los mejores que hemos visto con animales y desde luego, el mejor con diferencia de aves; además la chica que hablaba lo contaba muy bien, se notaba que le apasionaban las aves. Primero volaban a ras por las gradas, y luego las soltaban desde arriba del parque, y bajaban a cazar un señuelo.



Tras finalizar el espectáculo, por 3 € puedes tener en el brazo unos instantes a estos impresionantes animales; el dinero que recaudan lo destinan a su cuidado. Alucinante poder ver un animal de estos tan cerca.







Después del espectáculo, volvimos al coche y retomamos la visita del parque.

Las vistas de los alrededores, tampoco están nada mal






Y para comer decidimos salir fuera, al pueblo (está pegado pegado al parque), nos habían recomendado el Restaurante Los Elefantes, pero estaba cerrado, así que elegimos Casa Venero, pedimos mejillones, cazón y carne, que junto las cervezas y el agua, nos costó 34 €; bastante rico.




Al regresar al parque, cogimos el teleférico en Estación Elefante, que hace como una ruta triangular pasando por Estación Mirador de Rubí y Estación intercambiador de Osos, en otra época era obligatorio bajarte en cada estación, sin embargo en pandemia no se bajaba en ninguna. Cuando llegamos nos preguntaron sí teníamos vértigo, y al decirle que no, nos montaron en una cabina con suelo de cristal, la verdad que muy chulo.





Aquí se ve el teleférico al fondo




Luego con el coche fuimos al otro, esta ruta es lineal, y va desde teleférico Estación Rinocerontes hasta Estación intercambiador Osos, pero también fue un viaje de ida y vuelta sin bajarnos; aquí directamente preguntamos por el panorámico, y como no había que esperar mucho, preferimos de nuevo el suelo de cristal, nos había gustado.



Tras los teleféricos, fuimos al espectáculo de leones marinos, aunque más que un espectáculo en sí, lo que hacen es contar cosas y diferencias entre la raza californiana y la patagónica; no está mal, pero si falta tiempo se puede prescindir, aunque creo que para niños es interesante.


Tras el espectáculo recorrimos, un rincón que nos faltaba, y es una zona en la que los animales están sueltos y no te puedes bajar del coche.







Y ya nos fuimos, muy contentos, porque nos había gustado mucho el parque, el espectáculo de aves nos había encantado, y no nos había llovido nada.

Decir que entramos poco después de su apertura y nos fuimos poco antes del cierre y la verdad que aún nos faltó algo de tiempo; yo con niños recomendaría ir dos días.
En media hora llegamos a Casa Petra, nos instalamos y fuimos con el coche a un súper a por algo para cenar, y luego ya nos quedamos en casa; la tarde estaba con mucho viento y con amenaza de lluvia. Y la verdad que en esta casa se estaba muy agradable, era muy confortable.

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